Cuando hablamos de mentoring estratégico para PYMES, hablamos de trasladar experiencias y conocimientos desde el mentor a los directivos o empresarios de este tipo de empresas.
Las empresas grandes necesitan una estructura grande. Ésta tiene que dar servicio a sus clientes a través bien de sus distintos departamentos bien a través de servicios contratados externamente.
Sin embargo, cuando nos adentramos en el inmenso mundo de las pequeñas y medianas empresas (generalmente familiares) podemos observar la soledad de las personas que toman las decisiones. No tienen quien les ayude en sus tomas de decisiones ni tampoco cuentan con personas con quienes compartir sus miedos.
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TODO NEGOCIO NECESITA UNA ESTRATEGIA
Todos los días, desde el minuto uno que se abre el negocio, las empresas están centradas principalmente en vender. Si no vendes tienes un problema, pero si vendes, también (aunque bendito problema). Y como los problemas son inherentes a nuestra vida, el empresario y su equipo están en un foco constante de resolver problemas.
En las empresas grandes (y no en todas) como hay un equipo de directivos y mandos, generalmente suele haber gente analizando datos, indicadores y, sobre todo, hay mucho reporte. A todas horas hay reportes.
En las pequeñas y medianas empresas, hay problemas como en las grandes, pero no disponen de equipos. O al menos, no tan numeroso. Y, por tanto, dedican muy poco tiempo a analizar datos, indicadores y no hay casi nada de reporte. No hay tiempo para eso.
Y todo ese reporting, generalmente, suele realizarse con la intención de verificar que las unidades de negocio están cumpliendo los objetivos marcados y que se han alineado con el Plan Estratégico. Porque las empresas grandes suelen tener un Plan Estratégico. Hay un consejo de administración que delega en el CEO la estrategia que la empresa va a implementar.
El reporte te obliga a reflexionar
Así es. Para hacer un informe correcto, tienes unos objetivos y, por tanto, debes conocer bien a tus clientes, tus cifras, tus acciones correctivas, tus errores, tus éxitos. En definitiva, tu plan.
Y es precisamente en esa falta de reporte donde se produce también la ausencia de reflexión que, en mi opinión, es muy necesaria. Imprescindible me atrevo a decir.
Los directores de pequeñas y medianas empresas ¿cuándo dedican tiempo a elaborar su Plan Estratégico?
La realidad que yo observo es que muy pocas veces.
¿Por qué dedican tan poco tiempo a un asunto que es tan importante? Resulta fuera de toda duda que las personas que dirigen estas compañías quieren que sus empresas ganen dinero y crezcan.
Sin embargo, ¿qué pasa con la estrategia?
¿Es sólo por falta de tiempo?
Yo creo que no. El tempo es un factor, pero no es el determinante.
Para mí, estos son los principales factores que están impidiendo afrontar este tema con el grado de compromiso que se requiere:
- Quieren pero
- no saben por dónde empezar
- no saben cómo abordarlo
- no disponen de personas de confianza con quien compartir sus reflexiones
- no quieren compartir sus ideas con otras personas de su equipo porque no quieren mostrarse vulnerables o que se vean sus miedos
- No quieren porque
- su empresa va bien
- opinan que no hay que perder tiempo en estas cosas sino trabajar duro
QUÉ TE PUEDE OFRECER EL MENTORING ESTRATEGICO PARA PYMES
Lo primero es que realmente quieras abordar todo lo concerniente a la estrategia de tu negocio o empresa.
A partir de ahí, trabajar con un mentor estratégico te ayuda a resolver muchas de tus dudas porque te vas a servir de su experiencia y esto te ahorrará mucho tiempo.
La estrategia principalmente se abordará desde la visión comercial. Elaborar una estrategia comercial alineada con los objetivos que se quieren lograr ayudará a que todo tenga un sentido y que todo esfuerzo vaya en la dirección de acercarnos a la consecución de éstos.
Por ejemplo, resolver cuestiones como:
- ¿qué tipo de clientes tengo?
- ¿qué tipo de clientes quiero tener?
- ¿lo que quiero es lo que mi empresa necesita?
- ¿mis objetivos están alineados con lo que quiero o con lo que necesita mi empresa?
- ¿mi equipo comercial saber lo que quiero?
- ¿retribuyo los incentivos de acuerdo con alguna estrategia?
- ¿lo que quiero y por lo que retribuyo coincide?
- ¿mis mensajes de lo que necesita la compañía es coincidente con lo que mido el desempeño de mi equipo comercial?
Se podrían realizar algunas preguntas más, pero de esta forma estoy convencido de que se entiende la línea de trabajo que se llevará a cabo con el Mentoring Estratégico para PYMES.
Todo esto se puede hacer sin un mentor estratégico para PYMES
Sí. Claro. Entonces ¿por qué no se hace?
En mi opinión, porque a muchas de las personas que toman las decisiones importantes en su empresa, no tienen con quien compartir estas cuestiones.
Me encuentro con muchas empresas familiares donde padres, hijos, sobrinos no se atreven a abordar estas cuestiones porque saben que se van a producir grandes desavenencias.
Estas desavenencias llevan a conflictos familiares y ante ese escenario, prefieren mirar hacia otro lado.
En muchas empresas familiares es el fundador el que dice saber lo que la empresa necesita. Fundamenta su opinión en el éxito que la empresa ha tenido hasta este momento.
Sin embargo, éxitos pasados no garantizan éxitos futuros.
Los mercados, los clientes y el entorno cambia.
¿Tienen que venir de fuera para decirnos lo que tenemos que hacer?
No exactamente. Lo que pasas es que internamente están demasiado implicados en el fragor de la batalla que nadie para a subirse a la colina y observar con perspectiva.
El proceso de Mentoring Estratégico para PYMES te va a invitar a que reflexiones. A que te pares a pensar. El mentor te va a trasladar su experiencia y como no está tan implicado familiarmente, va a gozar de una libertad para poder poner un espejo donde actualmente no quiere mirar nadie.
Todo esto es imposible si se piensa que no se necesita esta ayuda. Si se piensa que se sabe todo y que nadie tiene que venir a contarte cómo hacer las cosas.
Desde esa posición, ni mentor ni brujo. Simplemente, ahora no es el momento.
Sólo se puede hacer cuando hay un reconocimiento de que se está atascado. De que con lo que se está haciendo no es suficiente. Cuando hay una voluntad clara de dejarse ayudar.
En todas las empresas hay mucha riqueza. Sólo hace falta recolocar o apartar lo que ha dejado de ser útil, aunque lo fuera en el pasado. Por si hay dudas, no hablo de personas sino de formas de hacer. Aunque lo haya hecho su fundador hace 30 años.
Y hay que ser valiente para aceptarlo.
Tienes que pasar las nubes de borrasca
Durante muchos años he viajado mucho. Por muchísimos países. Pasaba muchos días al año viajando en avión. He volado con tormentas, vientos, lluvia y nieve.
Justo antes de despegar, en muchas ocasiones el cielo estaba gris, llovía copiosamente y se contagiaba en el ambiente una cierta preocupación acerca de si el avión podría volar bajo aquellas condiciones.
Pero los controladores de vuelo saben cuando los pilotos pueden volar.
Y ahí estaba yo. En la ventanilla escuchando la lluvia contra al fuselaje. Y el avión iniciaba el despegue. Máxima tensión en el momento que el avión dejaba la pista. Y conforme subía, se notaban mucho más las turbulencias. El avión se movía más y más duramente y el silencio en el interior era casi aterrador.
Sin embargo, tras 3-5 minutos, las nubes se atravesaban y aparecía el sol. ¡El sol! ¿Dónde estaba el sol?
El sol siempre había estado ahí. Siempre hubo sol por encima de las nubes.
Pues eso mismo pasa en las empresas. Siempre hay sol.
Hay que reconocer que las nubes están ahí. Las vemos. No podemos negar la evidencia. Ahora hay que tener la voluntad, disponer de las herramientas y preparar a las personas para transitar en la tormenta.
La otra opción es quedarse debajo esperando que las nubes pasen. Es una cuestión de elección.
Si he conseguido suscitar tu atención, te invito a que conozcas más de mi servicio como mentor estratégico en este enlace.
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