Os traigo una reflexión. Una reflexión que espero te sirva para analizar los miedos que te impiden cambiar.
Quizás estás en uno de estos escenarios
- Llevas tiempo en una misma posición en tu empresa y sabes que puedes aspirar a más.
- Ya no sientes conexión con tu empresa. Te cuesta recuperar la ilusión que tenías antes.
- Tu negocio o proyecto no avanza. No va en la dirección que tú quieres que vaya.
Estos son, a mi juicio, tres posibles escenarios que nos causan frustración profesional. Dentro de cada uno de ellos hay todo un mundo de posibles causas.
Sabemos que ya no basta con lo que estamos haciendo. No sabemos qué camino seguir. O sí, pero…
Y es entonces cuando aparecen nuestras inseguridades que no son otra cosa que la aparición de los miedos que te impiden cambiar.
Eso es lo normal. No eres una persona débil ni cobarde. Nada de eso. No sentirlo es lo que no es normal.
La mayoría de las personas optan por seguir la inercia
Afrontar el miedo es algo incómodo, implica riesgo. Y generalmente las personas optan por:
- No estoy tan mal. Tengo un puesto seguro
- Trabajo para una gran empresa. Será difícil tener otra oportunidad como esta
- A ver si por cambiar voy a peor
Y deciden enterrar la decisión, pero el asunto principal sigue sin resolverse. De momento.
Quizás no es lo que tú quieres hacer, ¿verdad?
Si ya te has hecho alguna de las reflexiones con las que comienzo este post, ya estás muy por delante de otras personas que no se plantean ni preguntan nada. Quizás no eres consciente de la ventaja que llevas por delante.
Generalmente, detrás de muchos de nuestros miedos están las creencias limitantes que nos impiden ver con objetividad.
Sólo necesitas empezar a trabajarte personalmente para ver los motivos que tiene ese miniYO para decirte “estás bien como estás”. WTF!!
¿Y por qué vas a estar mal donde te gustaría estar?
En mi artículo La importancia de contratar un Coach puedes encontrar algunas pistas y conocer cómo es un proceso de Coaching.
Deja una respuesta